Carlos Fernando Chamorro resume en “Esta Noche” y le segundan sus invitados, Arturo Grisby y Erwin Krüger: el único consenso en políticas de desarrollo en Nicaragua es mantener la estabilidad macro-económica y mantener el modelo de una economía de mercado.
El término “estabilidad macro-económica” es una descripción eufemística para algo mucho más limitado: qué el Gobierno de Nicaragua muestre su capacidad de pago, honrando en fecha y forma cualquier deuda a nombre del estado de Nicaragua, interna o externa, que muy dudoso o no su origen, dándoles además seguridad suficiente a los que exporten “al fiado” a Nicaragua o quieren retirar sus ganancias de capital, que hayan siempre las divisas disponibles para pagarles a tiempo.
Todos los arreglos con el FMI y otras fuentes de financiamiento, desde que se reiniciaron en 1992 hasta la fecha, han tenido la “capacidad asegurada de pago” como objetivo primordial, siendo los demás -desde educación y salud, hasta empleo y pobreza- objetivos marginales en comparación.
“Estabilidad macro-económica” sin embargo significa el máximo de inestabilidad micro-económica para centenares de miles de familias nicaragüenses, quienes no saben si habrá o no empleo o ingreso la otra semana, hasta no saben si habrá o no comida el otro día.
“Estabilidad macro-económica” significa además, que todos con trabajo, cuyos salarios no estén dolarizados, ganan hoy -según el Banco Central- en términos reales menos que hace 13 años -tanto en el sector público como en el sector privado- incluyendo a los supuestamente priorizados sectores de educación -los maestros- y de salud -en particular enfermeras y enfermeros y otro personal auxiliar- como un efecto no colateral sino intencional del deslizamiento del tipo de cambio, sin olvidar que los enfermos tienen que pagar -en sus Córdobas- el triple hasta más por los mismos medicamentos.
“Estabilidad macro-económica” al fin significa la emigración de más que un millón de Nicaragüenses, desestabilizando miles y miles de familias, cuando uno o ambos de los padres se van mientras el otro y los hijos quedan atrás. Es gracias a las remesas de esa emigración, que -medido en consumo- se hayan estabilizado los niveles de miseria y pobreza, no gracias a los miles de millones gastados en programas y proyectos de cooperación.
“Economía de libre Mercado” significó reducir el role del estado al de un CPF armado con cachiporra, sin capacidad real de regular y supervisar, mucho menos de intervenir o impulsar.
Mientras todos los gobiernos en todo el mundo empujan la ampliación respectivamente el cambio de su base energética por políticas públicas, no así en Nicaragua hasta hace muy poco. Peor me consta, que se retrasó bajo presión del BID la ampliación en fuentes renovables para no entorpecer la venta de ENEL y por intereses de intermediaros mezquinos se complicó en la Asamblea la construcción de plantas hidroeléctricas.
Mientras en Chile la Banca estatal amplió sus servicios y red para atender a micro-empresas y empresas medianas, en Nicaragua se facilitó a un enjambre de ONG cobrar tazas de interés, que descapitalizan a los beneficiarios, tan exitosamente que ya 4 acumularon suficiente capital para establecerse como bancos con fines de lucro. De Centroamérica solo en Nicaragua no hubo como alternativa programas para capitalizar realmente cooperativas y asociaciones de productores o artesanos.
Pero si, cuando estaban en riesgo los depósitos de menos que dos docenas de inversionistas -en Interbank y BANIC- el estado corrió de primeros auxilios más rápido que hace poco en la crisis financiera Brown, Merkel, Sarkozy u Obama, y mucho más generoso, financiando de paso a cuenta de la deuda interna pública la expansión y las ganancias operativas del BANPRO durante casi 4 años. Para poder honrar esas deudas, el COSEP le redactó la reciente reforma fiscal al gobierno.
Se contabilizó como inversión extranjera la mera venta de activos -ENEL, ENITEL-, mientras la inversión verdadera ahí se financia a creces por la facturación de tarifas autorizadas en las nubes, igual como cada centavo invertido o donado por ALBANISA se cobra primero en las gasolineras y por las facturas eléctricas, siendo las plantas Hugo Chávez puras minas de oro.
Mientras en los últimos 10 años Costa Rica convirtió -por políticas publicas de fomento, tecnología y crédito- la agricultura no-tradicional en su segundo rubro más importante de exportación -con mano de obra 100% nicaragüense-, en Nicaragua se promovía una agricultura extensiva clásica, la que dentro de menos que 5 años habrá acabado con lo último, que se nos quedó de selvas tropicales primarias.
Hace 10 años advertí públicamente, cuales iban a ser los resultados de semejantes políticas, basado en un análisis detallado de su primera década. Por tanto, Señoras y Señores del FMI, del Banco Mundial y de las otras Agencias de Cooperación, Señoras y Señores del COSEP y de la Banca, y por ende Señoras y Señores políticos nacionales: no nos vengan ahora con lágrimas de cocodrilo, dándose los sorprendidos por tanta plata de cooperación gastada mientras hay tanta pobreza no superada. Se obtuvo lo que se encaminó: un país con "estabilidad macro-económica", cuyo existencia resta en su miseria, un país miserable púes.
vea: Cornelio: ¿seremos un país miserable? (confidencial 2000)
Gasto en pobreza: ¿tanto para tan poco? (Confidencial 2010)
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