Nota de edición: lo que sigue es una carta abierta a mis estudiantes de Ave María College del año 1999 cuando surgió un conflicto sobre mis métodos de enseñanza y evaluación con los estudiantes de un cursos. Siempre he intentado de ser consecuente y abierto no solo con las autoridades sino por igual con mis estudiantes.
De: Dipl. Inf. Cornelius Hopmann, Docente de CIS-101
A: Estudiantes de CIS-101
Latin American Campus, San Marcos
Su Aula de Clase
CC: Dr. Humberto Belli, Dr. Douglas Schirch
Estimados y apreciados Estudiantes,
Antes de todo acepten esta carta en el segundo idioma oficial de nuestra universidad, puesto que me resulta más fácil expresar pensamientos de principios en éste, que hablo a diario, que en el otro, donde ambos para mi no son lengua materna.
Como punto medular de mi carta quiero exponer y mostrar, que el conflicto acerca del curso 101 no es un conflicto simple de forma, de estilos y métodos de enseñanza, que puede superarse aplicando una u otra medida, sino que en el trasfondo hay un conflicto fundamental de principios y valores, que no se supera tan fácilmente.
Veamos primero los hechos:
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El día 12 de octubre encontré en mi casillero la copia de una carta de ustedes dirigida al Dr. Belli y con copia explícita al Dr. Schirch, carta que contiene una serie de observaciones y aserciones acerca de mi clase, su contenido y metodología.
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Fue aceptado por lado de ustedes, que no hubo antes ningún tipo de comunicación, sea verbal o sea escrito, dirigida a mí por ustedes con contenido similar y que igualmente ustedes decididamente no me habían enviado copia de esta carta tampoco.
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En la 'votación' sin presencia mía el 90% y algo respalda la carta y por tanto el proceder aplicado, lo que justifica que hablo de 'ustedes' en esta forma generalizada, aún incluyendo de esta forma quizás a uno u otro, que no esté de acuerdo. El mero hecho que para mí es carta anónima sin cara además no permite otra salida tampoco.
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En la misma 'votación' resultó, que más que el 60% de los estudiantes no habían realizado las actividades requeridas (Required Activities), tal como lo contiene el Syllabus distribuido el día 31 de agosto y donde el día 7 de septiembre hubo la oportunidad a preguntas y repuestas.
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Cabe señalar que en ningún otro momento anterior hubo otras preguntas u observaciones en clase, hasta esta carta.
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Es cierto, que en el arranque había ciertos problemas en el uso de los equipos, que aún no fueron superados en su totalidad, no obstante fue aceptado igualmente por lado de ustedes que (a) no se hizo intentos serios por lado de ustedes a superar tales dificultades en sus horas reservadas de laboratorio (b) ni tampoco se hizo el intento a señalar a tiempo - es decir hace semanas - tales dificultades a las personas encargadas.
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Fue señalado y aceptado a medias que mi forma de expresarme y actuar algunos puedan sentir como 'falta de respeto' hasta falta de interés por el lado mío, no obstante quiero reafirmar que estas no eran ni son las intenciones.
Hasta aquí los puntos, en lo cual estamos más o menos de acuerdo.
No obstante por ciertas frases en su carta como por lo expresado en las discusiones en la aula de clase, al parecer existe un conflicto de fondo - como dicho antes de valores y principios- donde yo no voy ni puedo cambiar mi posición, de tal forma, que - si acaso - la decisión estará en manos de las autoridades superiores.
Antes de valorar sus opiniones al respecto, quiero expresar mis convicciones con la mayor claridad posible.
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Para mí la Universidad existe como oportunidad para que algunos miembros de la sociedad puedan calificarse para ocupar posiciones de liderazgo en la economía, el estado y por ende la sociedad.
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A nadie se obliga a tener aspiraciones y optar por cargos superiores, por tanto a nadie se obliga a matricularse en una universidad ni mucho menos en esta universidad en lo particular.
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Pero sí todos tienen el derecho por igual y deberían tener la oportunidad real a emprender esta carrera larga y difícil en ambos sentidos de la palabra.
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Por el otro es obligación de la Universidad hacer su mejor esfuerzo para garantizar que los graduados cumplan con los requerimientos en conocimientos, habilidades y calidades, que la sociedad y en lo particular el país exigen a sus futuros dirigentes.
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La Universidad tiene esta obligación con la sociedad en su totalidad y en lo particular con los que aporten fondos a su funcionamiento en las más diversas formas, incluidas las becas.
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Dicho de paso San Marcos es la Universidad per cápita estudiante más cara del país, algo como 20 veces más cara que las Universidades públicas, 3 a 8 veces más cara que universidades privadas de cierto nivel. Al compararla con lo invertido en educación primaria - pública o privada- se abre un abismo.
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Por tanto San Marcos - para no traicionar a su misión - tiene que 'producir' varias veces la calidad de otras, lo que lógicamente se traduce en el doble, triple o más de exigencia para con los estudiantes.
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En resumen la Universidad no está para graduar a quien haya cumplido los requisitos, sino se define los requisitos para garantizar que el graduado podrá cumplir en su vida profesional.
Este marco de referencia se traduce - para mí - en un marco de referencia para mí trabajo como docente:
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Tengo que definir para la asignatura asumida objetivos o metas a lograr en concordancia con los requerimientos globales, es decir de acuerdo con conocimientos, habilidades y calidades, que el siglo XXI va a exigir sin la menor duda al futuro profesional. (Vea al respeto: Objectives del Syllabus)
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Tengo que buscar e implementar una metodología del proceso aprendizaje - enseñanza, que según experiencia mía y de otros permita alcanzar estos objetivos con la mejor calidad, efectividad y eficiencia posible.
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Tengo que implementar un sistema de requisitos y de evaluación, que permita dirigir y evaluar el proceso y sus resultados finales.
En cuanto al primero, hubo una discusión durante casi 6 meses sobre las exigencias de la vida profesional en el siglo XXI y en consecuencia, cuales objetivos y requisitos deben plantearse en toda la School of Business. En esta discusión participaron varios miembros del claustro de profesores y se llegó a la conclusión, que - al momento del debate- San Marcos tanto en el área propiamente de CIS como en el uso de la computadora como herramienta profesional estaba muy por debajo de lo ya alcanzado en varias otras universidades del país. Se concluyó además que dentro de está cadena le corresponde una función vital al curso de arranque (CIS-101), que por tanto había que reformarse de fondo. [En aquel momento San Marcos brindaba un curso introductorio de Office-95 con un nivel comparable a cualquier escuelita de computo para técnicos medios].
Yo asumí el reto de encontrar medios, recursos y formas para implementar este curso, dentro de las limitaciones de la Universidad, resultando así el contenido del curso. Cabe señalar que el contenido del mismo no va más allá de los requerimientos para la certificación Microsoft en Office, algo que en los EE.UU. ya varios Highschool ofrecen - en cooperación con Microsoft- como formación técnica.
Quedó pendiente la selección de la metodología más adecuada. Al seleccionarla, se debía tomar en cuenta que los objetivos del curso implican en primer instancia habilidades y destrezas y no conocimientos. Por tanto el elemento más importante es la práctica (el ejercicio) por lado del estudiante en una forma intensiva y sostenida. Igualmente es sabido, que no todos somos iguales en cuanto a la velocidad de desarrollar tales destrezas, unos necesitan mucho más tiempo y ejercicio otros mucho menos. Hay dos formas de superar esta complicación metodológica: (a) el curso de inmersión, donde en un tiempo corto pero intensivo el alumno se dedica solamente a esta materia. (b) el self-paced training, donde cada cual invierte tanto tiempo, como necesite y avanza en forma individual.
Se concluyó que la organización del calendario académico - por el momento - impidió la primera forma, de tal forma que se quedó solamente la opción (b). Esta forma de nuevo se puede implementar en dos matices: (b.a) en la forma de la consulta y atención individual (b.b) usando la misma computadora como medio sustituto de la atención individual. La forma (b.a) sobrepasa en costos a creces lo posible y rentable: requiriera de unos 10 a 15 docentes a tiempo completo para cubrir la demanda. Para la forma (b.b) afortunadamente la misma Microsoft ofrece con el curso multimedia 'Office Starts Here' y la guía en línea 'Getting results out of Office' los instrumentos y medios para implementarla. Cabe señalar que intentos de entrenar habilidades y destrezas por medio de la clase tradicional no producen los resultados esperados, mucho menos en este caso, donde aún falta un instrumento vital - el Dataprojector - para implementar por lo menos clases demostrativas como soporte y guía. [I can't show things, when I don't have the mínimal tools to show them].
Quedó por tanto decidido el segundo punto, el de la metodología, tal como expresado en el Syllabus.
En cuanto al tercero, no comparto la óptica de la - al parecer- mayoría de ustedes que quiz, tests y examina están puestos como en una carrera de obstáculos antes de obtener el grado de aprobado. Al contrario para mí son meramente instrumentos para asegurar la calidad del producto final y para mientras retro-alimentar al docente y alumno. Por tanto yo en lo personal tengo el hábito de poner pruebas blanco y negro: si el estudiante ha realizado las tareas orientadas, no va a tener ninguna dificultad en pasar el examen con A, pero si no las ha realizado va a sacar un D o menos, no obstante que ingenioso e inteligente que sea.
Dentro de esta línea se sacó las preguntas de los quiz textualmente del material de enseñanza de Microsoft, de tal forma que el estudiante que cumpliera las actividades requeridas - estudiar y practicar en línea con curso y guía- fácilmente obtuviera un 10 mientras el otro sencillamente no pasara, salvo que por otros medios tuviese suficiente experiencia, lo que para los objetivos del curso daría igual.
Igualmente la tarea asignada corresponde literalmente a una tarea tratada a lo largo y ancho en el material didáctico, en consecuencia no debe constituir problema ninguno.
Por tanto en implementación y ejecución del curso me he mantenido en pie de letra dentro de lo expuesto en el Syllabus.
Este es el punto preciso para volver a lo principal, esta vez la libertad académica o más prosaico los derechos y deberes de docentes y estudiantes.
A mi manera de ver las cosas:
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El docente tiene la libertad y la obligación de definir a su mejor conocimiento y su mejor conciencia contenidos y métodos de enseñanza de su asignatura, siempre orientadas y limitadas por la misión global de la Universidad y los requerimientos inherentes de carrera y temática. Al aceptar la asignación de una cátedra o asignatura, el docente acepta estas limitaciones. Pienso que he hecho esto y que estoy cumpliendo con mi deber al explicar las mismas tanto por medio del Syllabus como por la clase de presentación para no terminar en las discusiones últimas, pues sigue aún esta carta.
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El estudiante tiene el derecho a elegir libremente su universidad, dentro de la misma su carrera y su orientación, siempre y cuando cumpla con los requisitos establecidos. Matriculándose acepta de prima a primera la misión como tal de la Universidad así como los objetivos de la carrera elegida incluyendo las exigencias, que esto implique. Tal aceptación no impide el derecho a aportar por medio de la critica constructiva a mejorar los mismos.
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Dentro del sistema de organización del estudio, el estudiante tiene el derecho a elegir cuales clases quiera llevar y cuando, dentro del marco del sistema de créditos y prerequisitos establecido por el plan de estudios.
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Para hacer efectivo este último derecho, se estableció que el docente debe facilitar el acceso al Syllabus (y pienso que el mío es uno de los más extensos, que hayan recibido) y que el estudiante tiene el derecho de retirase de una asignatura hasta un cierto momento del desarrollo de la misma, sin consecuencias negativas para su record académico. No obstante se dan por aceptados objetivos y metodología, una vez quedándose en firme su registro. De nuevo, tal aceptación no impide el derecho a aportar por medio de la critica constructiva a mejorar los mismos.
Igual como hablé de derechos y obligaciones, voy a hablar claro de conceptos errados, que he encontrado en su carta y en sus aportaciones al debate:
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No es cierto que el estudiante pague para que (o en cambio) la Universidad o el docente le enseñe. Al contrario, la Universidad y por tanto el docente fijan misión, objetivos, metas y metodología, y el estudiante decida libremente, si quiera someterse a los mismos o no. Su pago por el otro lado e independiente, es una contribución parcial al costo causado a la Universidad, costo que se origina en crear las condiciones para que el estudiante pueda formarse como definido por misión, objetivos, metas y metodología. O sea una Universidad no es un lugar donde se compra formación como en una tienda con el derecho a devolver el producto o cancelar el servicio, cuando no guste.
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No es cierto que el docente tenga la obligación a motivar los estudiantes. Ustedes son jóvenes adultos, donde debe suponerse que tomaron una decisión consciente y libre al fijarse ciertas metas para su futuro, por tanto deben estar dispuestos a hacer lo que la Universidad estime necesario para alcanzar estas metas (ver la introducción de esta carta). Ahí hay una diferencia abismal comparando la Universidad con un colegio, donde los niños asisten por obligación. Nadie los ha obligado a ponerse como meta ser profesional.
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No es función del docente de actuar como 'help-out' de los estudiantes, cuando ellos mismos pueden resolver un problema con esfuerzo propio o con esfuerzo en grupo. Es más, a la larga este tipo de ayuda produce más daño que bien, puesto que convierte al estudiante en persona permanentemente dependiente. Cuando mis hijos me hacen una pregunta en casa, no la contesto de prima a primera sino los remito a usar la bibliografía a su alcance como libros de clase, diccionarios hasta últimamente la Internet, dándoles a la vez la seguridad que - todos los esfuerzos fallados- pueden recurrir a su padre hasta cierto grado. Tal como no 'maltrato' a mis hijos, no lo hago con ustedes, aún menos cuando más temprano que tarde van a aparecer las preguntas, donde yo no voy a tener la respuesta ni nadie sino ustedes mismos tendrán que crear las respuestas.
Hay mas ideas raras, que en forma indirecta ya he tocado por lo expuesto anteriormente.
Para finalizar, quiero profundizar en un aspecto más - muy criticado por ustedes- como es mi forma de tratarlos. De nuevo voy a comenzar desde muy arriba, es decir que yo entiendo como misión de la Universidad y esta en lo particular en el momento histórico preciso, que nos toca a vivir.
Por primera vez en su historia Nicaragua tiene un chance real para desarrollarse hacia una sociedad abierta, competitiva y transparente.
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Abierta quiere decir que todos tienen el derecho - y ojalá paulatinamente la posibilidad real- de alcanzar cuanta meta se plantea, dependiendo solamente de su capacidad personal y su esfuerzo. Con el enunciado de este derecho comenzó la Declaration of Independence, pero Nicaragua tardó más que 2 siglos para llegar al mismo punto. Dentro de esto ustedes son privilegiados - aún más los becados - al tener San Marcos como oportunidad ya ahora, cuando la gran, gran mayoría de niños y jóvenes nicaragüenses aún sueñan con la oportunidad de terminar su primaria. Por tanto por su rendimiento y sus resultados tendrán que reivindicar este privilegio como derecho legítimo.
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Competitiva quiere decir que el beneficio obtenido individualmente, como grupo o empresa hasta como país depende de los resultados obtenidos y nada más y no de otra cosa, sin descuidar las necesidades de aquellos que por razones objetivas no las pueden satisfacer como fruto de su trabajo. [Tengo un hijo con síndrome de Down, que por razones obvias nunca podrá rendir como sus hermanos]. Cabe señalar que sociedad competitiva - quiere decir beneficio en base de resultados y no beneficio con relación al esfuerzo - implica la 'injusticia' que unos necesiten menos esfuerzo que otros para obtener los mismos resultados. Esta injusticia aparente es inherente al concepto de competitividad. Por tanto a ustedes - ya en la universidad - se debe medir por sus resultados y no por el esfuerzo individual, que cada cual tendrá que invertir para alcanzar los mismos.
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Transparente quiere decir que se evalúa los resultados en forma abierta y publica, de tal forma que todos pueden verificar la evaluación. He ahí una contradicción entre su carta por un lado y un reclamo hecho en el debate por el otro: por un lado expresan en su carta el temor que pudiera haber represalias - es decir notas sin objetividad- por haber firmado la carta y por el otro reclaman como inconveniente la publicación de los resultados de los test con nombre y apellido. El mejor - y al final el único- control que solamente el resultado importó y nada más, es precisamente hacer resultados y su valoración del conocimiento público, quizás a veces limitado a los participantes en una asignatura o a la universidad. No obstante - en mi entender de la misión de la Universidad y a la larga prestigiando los títulos de ustedes mismos- la más amplia publicidad permite a la vez el orgullo: esto me he ganado yo y limpiamente. Obviamente - tal como en cualquier competencia deportiva- publicidad implica dar a conocer no solamente los ganadores.
Pienso que a los principios de la sociedad abierta, competitiva y transparente le corresponden actitudes hasta interpersonales: en los tiempos de feudalismo había una línea de trato preferencial muy clara: los de abajo tenían que tratar con reverencias los de arriba, los de arriba trataron los de abajo muy mal y entre ellos mismos desarrollaron ciertas reglas de etiqueta, que - dado que en su mayoría debían su posición no al mérito personal- permitió solamente el elogio no la critica como parte de la comunicación pública, remitiendo la última al despacho privado.
Yo vengo de una cultura y una sociedad que a más tardar con mi generación hace 50 años se convirtió en una sociedad abierta - aún no tan abierta como la de los EE.UU-, competitiva y con un alto grado de transparencia. Como de ejemplo desapareció casi por completo la diferencia entre el lenguaje hablado de la supuesta alta sociedad y de la gente común, diferencia aún muy marcada en Nicaragua. En este proceso - promovido obviamente por mejores niveles de educación- no hizo que ahora todos hablaran como antes solamente la clase alta sino de hecho se nivelaron las diferencias. Sé por experiencia propia y por experiencia como miembro de la asociación de Padres de Familia del Colegio Alemán, que esto se traduce - en la realidad nicaragüense- a malas interpretaciones, al valorarse y pesarse palabras, frases y actitudes de un contexto cultural dentro del otro.
Déjame ponerlo en forma más clara: para mi no solamente el elogio personal sino también la critica personal y directa son - y deben ser - parte del discurso público, igual como no se hace deporte detrás de las bambalinas. Uno se gana respeto adicional por los resultados del trabajo, pero criticar - y criticar en público - no significa falta de respeto, mucho menos de aquel, que merecemos todos como seres humanos y en este sentido hasta por nuestros esfuerzos. Pero como expresado en el párrafo sobre competitividad, lo que cuenta en clase son los resultados, con la misma limitante de tomar en cuenta impedimentos objetivos, donde hago la salvedad que ustedes - aspirando ustedes a los más altos cargos en sociedad, empresa y estado- no gozan para mi de consideraciones especiales por condiciones objetivas - al contrario.
Llegando al final de esta larga carta, les invito
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Al debate - si piensan que sigue siendo necesario- pero en la misma forma: de nivel y por escrito, en público y firmado - no como la carta, para mí anónima, que mandaron al Dr. Belli
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Al reto de llevar la clase como un desafío personal, superando los obstáculos conjuntamente, que puedan presentarse en el camino
Cordialmente
Cornelio Hopmann
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