(1) Hace menos que 70 años que en Europa continental terminara la matanza organizada de entre 8 a 10 millones de personas solo por ser judío, gitano, gay, testigo de Jehová, comunista, socialdemócrata, liberal etc. etc.
(2) Hace igualmente menos que 70 años que en Europa continental terminara una guerra, que mató a otros 20 millones y dejó destruido las ciudades y aldeas, desde St. Eglise en el oeste hasta Stalingrado en el este, desde Monte Casino en el sur hasta Flensburg en el norte.
(3) Cabe señalar que además en muchos países de ésta Europa Continental ya antes hubo enfrentamientos armados hasta guerras civiles con miles de víctimas entre 1919 a 1939.
(4) Me consta que a los europeos continentales les tomó al menos 3 generaciones –siendo la mía la 2ª- para tomar conciencia de qué había pasado y por qué había pasado.
(5) Consté además que las experiencias (1)-(3) no las comparte el mundo anglófono; sin menospreciar ni muertes civiles ni muertes militares de Gran Bretaña, pero sus perdidas por la 2ª guerra mundial no son comparables con las de ningún país de Europa continental central. (Excepciones: Portugal, Suecia, Suiza, Dinamarca, Noruega).
(6) Ya he mencionado que el proceso de tomar conciencia ha sido largo, tedioso y doloroso. Pero el ¡nunca más! al fin se está imponiendo.
(7) Como parte de la “toma de conciencia” se descartó en esta Europa Continental cualquier discurso tipo “los judíos, los franceses, los alemanes… SON y por tanto…”, a veces más rápido, a veces más lento, a veces más superficial, a veces más profundo.
(8) (4), (6) y (7) han tenido –en diferentes formas- su reflejo en la legislación de los países, tanto en cuanto al reconocer el pasado como “hechos indudables” –costó repito generaciones hasta que se hicieran hechos indudables- como en sancionar por ley como “inadmisibles” aquellos discursos que habían preparado el terreno para tales hechos.
(9) La inmigración masiva a Europa Continental Occidental desde otras partes del mundo, en particular desde lo que los Romanos llamaron “Asia Menor” como de otros países colindantes al mediterráneo así como de las ex-colonias, desde mi óptica les pone a los europeos continentales dos desafíos igualmente complicados:
(a) ¿Cómo transmitirles a lxs inmigrantes las conclusiones que Europa Continental sacó en un largo proceso por varias generaciones de sus experiencias muy particulares en el siglo XX, y que por tanto NO son experiencias propias de lxs “nuevxs”?
(b) ¿Cómo extender el principio desarrollado con mucha dificultad de reconocer a las personas antes de todo como personas con su inherente y propia dignidad -y NO como portador de X o Y atributo “genérico” por origen, fe, género, nacionalidad etc.-, a estxs nuevxs con-ciudadanxs?
(10) El proceso no ha terminado ni nadie puede vaticinar a ciencia cierta cómo va a terminar, más aún cuando a menor y mayor grado hay rebrotes de políticas de estado X-fóbicas. (vean por ejemplo el trato que se les da a lxs gitanxs en muchos países de la UE, cuando lxs mismxs tienen unos mil años de cohabitar las mismas tierras). También el tratamiento de los refugiados por el mar mediterráneo no está a las alturas de los principios tan frecuentemente invocados.
(11) SIN EMBARGO: las reacciones de literalmente millones de europeos continentales “de pie” -no solo en Paris ni solo en Francia, sino en casi todos los países referenciados en (8) y en centenares de ciudades y aldeas- ante los acontecimientos de los últimos días –reacciones tan masivas que hasta los gobernantes tuvieron que sumarse, dado que NO las habían convocada- me da cierta esperanza que las generaciones 3 y 4 “post-guerra” sepan a asumir el reto (9) y ponerse a sus alturas.
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