¿CRECER MÁS PARA GENERAR MAS EMPLEO? ¿DE VERDAD?
Adolfo José Acevedo Vogl
Algunos amigos parecen pensar que lo determinante para crear mucho más empleo, es que la economía crezca a unas tasas mucho más altas. Pero no se puede olvidar que el propio crecimiento de la economía, es decir del PIB, está limitado por el crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada, y de la productividad de esta (por definición crecimiento del PIB = crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada * crecimiento de la productividad).(VERASE GLOSARIO MAS ABAJO)
Por lo tanto, la tasa de crecimiento económico está limitada por el la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo, y la única manera en que el PIB puede crecer a tasas más altas que los limites que le impone el crecimiento de la fuerza de trabajo, es mediante incrementos en la productividad....aunque ciertamente esto no resuelve nuestro problema inicial...el crecimiento de la productividad hará que la economía crezca a un ritmo más rápido, pero no hará que la fuerza de trabajo ocupada, es decir el número de empleos, crezca más rápido.
Por su parte, el crecimiento de la fuerza de trabajo o Población Económicamente Activa (PEA) depende de dos factores: del crecimiento de la Población que cada año alcanza la Edad de Trabajar, la cual solo está creciendo a una tasa promedio anual de 1.8%, y del crecimiento de la Población Económicamente Inactiva (PEI, ver glosario).
Pueden decirnos, por supuesto, que la fuerza de trabajo o Población Económicamente Activa (PEA) crecerá más rápido que lo que lo ha venido haciendo hasta ahora por la incorporación a la misma de gran parte de la denominada Población Económicamente Inactiva (PEI), integrada por estudiantes, amas de casa, jubilados, discapacitados, etc.
Pero que la PEA crezca por la incorporación de la Población Económicamente Inactiva implicaría que decenas de miles de estudiantes dejaran la escuela de manera prematura, para incorporarse al mercado de trabajo – es decir, decenas de miles más de los que ya lo hacen -, o que decenas de miles de mujeres de los hogares de menores ingresos que solo lograron alcanzar una bajísima calificación - que son aquellas que de acuerdo a las EMNV se incorporan en menor proporción al mercado laboral - se incorporen a la fuerza de trabajo.
En el caso de los estudiantes, que dejen de estudiar aún más masivamente, sin haber alcanzado siquiera el umbral mínimo de escolaridad requerido, implica que solo podrían encontrar, el resto de su vida adulta, predominantemente empleos precarios e informales - exactamente lo que les ocurre a los decenas de miles de jóvenes de hogares pobres que cada año deben dejar de estudiar de manera prematura para ganarse el sustento -; por supuesto, esta sería la mejor receta para dejarlos, a ellos y al país, con perspectivas disminuidas de futuro.
Por su parte, incorporar a cientos de miles de mujeres, de muy baja calificación, al mercado laboral, significaría que lo hicieran, igualmente, en empleos precarios e informales.
De hecho, esto fue lo que ocurrió en 2010. La fuerza de trabajo o PEA creció en un impresionante 8.9%, o en 222.3 mil personas, pero lo hizo, principalmente, porque hubo una masiva incorporación de población económicamente inactiva (PEI) al mercado laboral. La PEI contribuyo con 151.4 miles de personas al incremento de la PEA. Además 70.9 miles de jóvenes arribaron a la edad de trabajar y también se incorporaron a la PEA.
INDICADORES DEL MERCADO LABORAL 2009-2010 (EN MILES DE PERSONAS) | |||
CONCEPTOS | 2009 | 2010 | VARIACION |
Población en Edad de Trabajar (PET) | 3,869.9 | 3,940.8 | 70.9 |
Población Económicamente Activa (PEA) | 2,589.5 | 2,811.8 | 222.3 |
Población Económicamente Inactiva (PEI) | 1,280.4 | 1,129.0 | (151.4) |
Personas Ocupadas | 2,391.0 | 2,591.7 | 200.7 |
*Empleo Pleno | 925.3 | 844.9 | (80.4) |
*Subempleo | 956.4 | 1,391.7 | 435.3 |
*Empleo a Tiempo Parcial | 509.3 | 355.1 | (154.2) |
Desempleo Abierto | 198.5 | 220.1 | 21.6 |
Posiblemente, la reducción de la tasa neta de matrícula secundaria que muestra la Encuesta de Hogares de FIDEG de 2010 obedezca a la incorporación de jóvenes en edad de asistir a la secundaria, al mercado laboral. Asimismo, el incremento en el porcentaje del empleo informal de las mujeres, pueden estar mostrando que cantidad importante de mujeres, que antes formaban parte dela población económicamente no activa, se incorporó a la actividad económica.
Esta masiva incorporación de personas que hasta entonces eran económicamente inactivas a la PEA fue lo que permitió que el número de personas ocupadas se incrementara en 200.7 miles, en 2009 respecto a 2010. La diferencia entre el crecimiento de la PEA (222.3 miles de personas) y el crecimiento del número de personas ocupadas (200.7 mil), se reflejó en un incremento de 21.6 miles en el número de personas que padecen desempleo abierto, que paso de 198.5 miles en 2009 a 220.1 miles en 2010.
Pero estas personas que se incorporaron a la población económicamente activa - es decir al mercado laboral - en una cantidad tan importante, y con tanta fuerza, encontraron predominantemente empleos informales y precarios, equivalentes al subempleo. Así, el subempleo paso del 40% de los ocupados en 2009 al 53.7% en 2010, mientras el empleo pleno se redujo del porcentaje de trabajadores con empleo pleno se redujo del 38.9% en 2009 a 32.6% en 2010.
Por lo demás, como lo muestra el ejemplo de lo que ocurrió en 2010, la economía solo pudo absorber un crecimiento tan fuerte de la fuerza de trabajo a costa de una caída en la productividad. Si la economía creció 4.5% y la PEA ocupada 8.4%, esto significa que la productividad media del trabajo se redujo en un -3.9%.
Esto es el resultado de que dicha fuerza de trabajo se incorporó a actividades de baja productividad, que solo pudieron absorberla reduciendo todavía más sus ya bajos niveles de productividad.
Obsérvese de paso que con solo que se hubiese creado empleo de la misma productividad media que en 2009, el PIB hubiese crecido en 8.4%, en vez de solo 4.5%.
De cualquier manera, estos incrementos coyunturales o temporales tan fuertes en la fuerza de trabajo o PEA, debido a la disminución de la Población Económicamente Inactiva (PEI), es insostenible, es decir, no se puede mantener por mucho tiempo, porque el tamaño de la PEI es limitado (solo 1,129 miles de personas en 2009), y la misma no puede seguir decreciendo hasta reducirse a cero (ya en 2010 se redujo en un 11.8%); de mantenerse este crecimiento coyuntural extraordinario de la PEA, a costa de la PEI, no duraría mas de algunos años, antes de dejar las escuelas secundarias sin alumnos.
Por lo tanto, desde el punto de vista del tema que nos ocupa, el principal problema de la economía nicaragüense no es la falta de creación de empleos, cuando crece la economía, sino la terriblemente pobre calidad del empleo que se crea, es decir, que el tipo de empleos predominante que se crea, se genera en actividades de muy baja productividad.
Precisamente, su bajísima productividad les permite absorber la mayor parte del empleo, y pueden absorber estos crecimientos extraordinarios de la PEA con descensos mayores de su ya baja productividad.
Es decir, no es el crecimiento económico el que limita el crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada, es decir del empleo; por el contrario, es el crecimiento de la fuerza de trabajo (dado por factores socio- demográficos), pero sobre todo, la productividad del trabajo estancada o declinante (dada por factores económicos), lo que limita las posibilidades de un mayor crecimiento económico, y de un mayor incremento del ingreso per cápita.
En el caso de Nicaragua lo que está ocurriendo es que, frente al crecimiento de la población en edad laboral, y a la incorporación de población inactiva a la PEA, lo que la economía está generando, de manera predominante, son empleos precarios e informales, de muy baja productividad, sin ningún tipo de protección. Este tipo de empleos únicamente demanda, para su desempeño, de una fuerza de trabajo de muy baja calificación, y normalmente proporcionan a quienes los desempeñan una pobrísima remuneración, la cual con frecuencia coloca a sus perceptores y sus familias bajo el umbral de la pobreza.
De manera que, por un lado, este tipo de empleos, precarios y de muy baja productividad, es el único capaz de absorber a la mayor parte de una fuerza de trabajo con las características de la nicaragüense: a saber, una fuerza de trabajo caracterizada por bajísimos niveles de escolaridad.
Por otra parte, el hecho de que este tipo de empleos, que representa la mayor parte de los empleos generados, no demande de altos niveles de calificación, significa que el sistema económico no genera suficiente presión sobre la sociedad para efectuar la inversión requerida para elevar de manera significativa los niveles educativos de la población.
Esto explica el circulo vicioso que se produce entre el bajo nivel de escolaridad de la fuerza de trabajo, y el hecho de que la economía genere, principalmente, empleos precarios e informales.
Por una parte, los empleos formales y bien remunerados, de mayor productividad, requieren niveles de calificación cada vez más altos.
Por por otra parte, el "estilo de crecimiento" que muestran los sectores de la actividad económica con más peso en la creación de empleos, determina que el empleo generado en ellos, predominantemente precario e informal, no requiera, para su desempeño, sino de muy bajos niveles de calificación, de manera que esto posibilita que la gran masa de trabajadores nicaragüenses que se caracterizan, precisamente, por sus bajos niveles de escolaridad, pueda refugiarse en ellos.
La actual coyuntura temporal de altos precios internacionales, el cual durante algunos años dará lugar a un ciclo de expansión, y a una cierta aceleración de la creación de empleo, no puede desperdiciarse como los anteriores; debe aprovecharse para modernizar, intensificar, capitalizar y diversificar el aparato productivo agropecuario y urbano, y para desarrollar crecientes sinergias y encadenamientos intersectoriales.
Para esto resulta indispensable un banco y otras instituciones de fomento, capaces de jugar un papel de alguna manera similar al que desempeñaron el Banco Nacional y otras instituciones de fomento en los años 50 a 70.
También se requerirá, como complemente indispensable, una importante inversión en capital humano e infraestructura básica y servicios de apoyo, como parte integral de esta estrategia de transformación productiva.
Solo mediante este esfuerzo nacional y concertado de transformación, modernización y diversificación del aparato productivo - y de construcción de nuevas cadenas de valor -, este comenzara a generar los empleos de calidad, de mayor productividad y bien remunerados, que se requieren para aprovechar el denominado bono demográfico. Al mismo tiempo, este tipo de empleos demandara una calificación mucho mayor de la fuerza de trabajo, y de infraestructura y servicios de apoyo, de manera que el esfuerzo nacional de inversión en educación pública y en infraestructura y servicios de apoyo será mas importante que nunca.
Esta es, en efecto, la manera en que se podrá aprovechar el tiempo que resta del bono demográfico, antes de que arribemos a la fase de envejecimiento poblacional.
GLOSARIO
La Población en Edad de Trabajar convencionalmente esta representada por la población de 15 a 59 años, aunque el INIDE para las Encuestas de Empleo cataloga como población en edad de trabajar a las personas de 14 años y mas (es decir, a todas las personas del país mayores de 13 años).
No todas las personas en edad de trabajar se incorporan al mercado de trabajo. Mientras unas lo hacen y se convierten en población económicamente activa (ACTIVOS), otras no se incorporan al mercado laboral y constituyen una población económicamente inactiva (INACTIVOS: estudiantes, amas de casa, jubilados, discapacitados, personas que no estudian ni buscan empleo, etc).
De los que se incorporan al mercado laboral y constituyen en la población económicamente activa de la sociedad, unos encuentran empleo (OCUPADOS) y otros permanecen en la desocupación (DESEMPLEADOS).
Finalmente, de entre los empleados, unos lograran encontrar empleos formales (FORMALES), y otros empleos informales, predominantemente empleos precarios y de baja productividad (INFORMALES).También pueden clasificarse como Empleados Plenos o Sub-Empleados.