jueves, 9 de junio de 2011

Adolfo Acevedo: ¿CRECER MÁS PARA GENERAR MAS EMPLEO?

¿CRECER MÁS PARA GENERAR MAS EMPLEO? ¿DE VERDAD?

Adolfo José Acevedo Vogl

Algunos amigos parecen pensar que lo determinante para crear mucho más empleo, es que la economía crezca a unas tasas mucho más altas. Pero no se puede olvidar que el propio crecimiento de la economía, es decir del PIB, está limitado por el crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada, y de la productividad de esta (por definición crecimiento del PIB = crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada * crecimiento de la productividad).(VERASE GLOSARIO MAS ABAJO)

Por lo tanto, la tasa de crecimiento económico está limitada por el la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo, y la única manera en que el PIB puede crecer a tasas más altas que los limites que le impone el crecimiento de la fuerza de trabajo, es mediante incrementos en la productividad....aunque ciertamente esto no resuelve nuestro problema inicial...el crecimiento de la productividad hará que la economía crezca a un ritmo más rápido, pero no hará que la fuerza de trabajo ocupada, es decir el número de empleos, crezca más rápido.

Por su parte, el crecimiento de la fuerza de trabajo o Población Económicamente Activa (PEA) depende de dos factores: del crecimiento de la Población que cada año alcanza la Edad de Trabajar, la cual solo está creciendo a una tasa promedio anual de 1.8%, y del crecimiento de la Población Económicamente Inactiva (PEI, ver glosario).

Pueden decirnos, por supuesto, que la fuerza de trabajo o Población Económicamente Activa (PEA) crecerá más rápido que lo que lo ha venido haciendo hasta ahora por la incorporación a la misma de gran parte de la denominada Población Económicamente Inactiva (PEI), integrada por estudiantes, amas de casa, jubilados, discapacitados, etc.

Pero que la PEA crezca por la incorporación de la Población Económicamente Inactiva implicaría que decenas de miles de estudiantes dejaran la escuela de manera prematura, para incorporarse al mercado de trabajo – es decir, decenas de miles más de los que ya lo hacen -, o que decenas de miles de mujeres de los hogares de menores ingresos que solo lograron alcanzar una bajísima calificación - que son aquellas que de acuerdo a las EMNV se incorporan en menor proporción al mercado laboral - se incorporen a la fuerza de trabajo.

En el caso de los estudiantes, que dejen de estudiar aún más masivamente, sin haber alcanzado siquiera el umbral mínimo de escolaridad requerido, implica que solo podrían encontrar, el resto de su vida adulta, predominantemente empleos precarios e informales - exactamente lo que les ocurre a los decenas de miles de jóvenes de hogares pobres que cada año deben dejar de estudiar de manera prematura para ganarse el sustento -; por supuesto, esta sería la mejor receta para dejarlos, a ellos y al país, con perspectivas disminuidas de futuro.

Por su parte, incorporar a cientos de miles de mujeres, de muy baja calificación, al mercado laboral, significaría que lo hicieran, igualmente, en empleos precarios e informales.

De hecho, esto fue lo que ocurrió en 2010. La fuerza de trabajo o PEA creció en un impresionante 8.9%, o en 222.3 mil personas, pero lo hizo, principalmente, porque hubo una masiva incorporación de población económicamente inactiva (PEI) al mercado laboral. La PEI contribuyo con 151.4 miles de personas al incremento de la PEA. Además 70.9 miles de jóvenes arribaron a la edad de trabajar y también se incorporaron a la PEA.

INDICADORES DEL MERCADO LABORAL 2009-2010 (EN MILES DE PERSONAS)

CONCEPTOS

2009

2010

VARIACION

Población en Edad de Trabajar (PET)

3,869.9

3,940.8

70.9

Población Económicamente Activa (PEA)

2,589.5

2,811.8

222.3

Población Económicamente Inactiva (PEI)

1,280.4

1,129.0

(151.4)

Personas Ocupadas

2,391.0

2,591.7

200.7

*Empleo Pleno

  925.3

  844.9

(80.4)

*Subempleo

  956.4

1,391.7

435.3

*Empleo a Tiempo Parcial

  509.3

  355.1

(154.2)

Desempleo Abierto

  198.5

  220.1

21.6

Posiblemente, la reducción de la tasa neta de matrícula secundaria que muestra la Encuesta de Hogares de FIDEG de 2010 obedezca a la incorporación de jóvenes en edad de asistir a la secundaria, al mercado laboral. Asimismo, el incremento en el porcentaje del empleo informal de las mujeres, pueden estar mostrando que cantidad importante de mujeres, que antes formaban parte dela población económicamente no activa, se incorporó a la actividad económica.

Esta masiva incorporación de personas que hasta entonces eran económicamente inactivas a la PEA fue lo que permitió que el número de personas ocupadas se incrementara en 200.7 miles, en 2009 respecto a 2010. La diferencia entre el crecimiento de la PEA (222.3 miles de personas) y el crecimiento del número de personas ocupadas (200.7 mil), se reflejó en un incremento de 21.6 miles en el número de personas que padecen desempleo abierto, que paso de 198.5 miles en 2009 a 220.1 miles en 2010.

Pero estas personas que se incorporaron a la población económicamente activa - es decir al mercado laboral - en una cantidad tan importante, y con tanta fuerza, encontraron predominantemente empleos informales y precarios, equivalentes al subempleo. Así, el subempleo paso del 40% de los ocupados en 2009 al 53.7% en 2010, mientras el empleo pleno se redujo del porcentaje de trabajadores con empleo pleno se redujo del 38.9% en 2009 a 32.6% en 2010.

Por lo demás, como lo muestra el ejemplo de lo que ocurrió en 2010, la economía solo pudo absorber un crecimiento tan fuerte de la fuerza de trabajo a costa de una caída en la productividad. Si la economía creció 4.5% y la PEA ocupada 8.4%, esto significa que la productividad media del trabajo se redujo en un -3.9%.

Esto es el resultado de que dicha fuerza de trabajo se incorporó a actividades de baja productividad, que solo pudieron absorberla reduciendo todavía más sus ya bajos niveles de productividad.

Obsérvese de paso que con solo que se hubiese creado empleo de la misma productividad media que en 2009, el PIB hubiese crecido en 8.4%, en vez de solo 4.5%.

De cualquier manera, estos incrementos coyunturales o temporales tan fuertes en la fuerza de trabajo o PEA, debido a la disminución de la Población Económicamente Inactiva (PEI), es insostenible, es decir, no se puede mantener por mucho tiempo, porque el tamaño de la PEI es limitado (solo 1,129 miles de personas en 2009), y la misma no puede seguir decreciendo hasta reducirse a cero (ya en 2010 se redujo en un 11.8%); de mantenerse este crecimiento coyuntural extraordinario de la PEA, a costa de la PEI, no duraría mas de algunos años, antes de dejar las escuelas secundarias sin alumnos.

Por lo tanto, desde el punto de vista del tema que nos ocupa, el principal problema de la economía nicaragüense no es la falta de creación de empleos, cuando crece la economía, sino la terriblemente pobre calidad del empleo que se crea, es decir, que el tipo de empleos predominante que se crea, se genera en actividades de muy baja productividad.

Precisamente, su bajísima productividad les permite absorber la mayor parte del empleo, y pueden absorber estos crecimientos extraordinarios de la PEA con descensos mayores de su ya baja productividad.

Es decir, no es el crecimiento económico el que limita el crecimiento de la fuerza de trabajo ocupada, es decir del empleo; por el contrario, es el crecimiento de la fuerza de trabajo (dado por factores socio- demográficos), pero sobre todo, la productividad del trabajo estancada o declinante (dada por factores económicos), lo que limita las posibilidades de un mayor crecimiento económico, y de un mayor incremento del ingreso per cápita.

En el caso de Nicaragua lo que está ocurriendo es que, frente al crecimiento de la población en edad laboral, y a la incorporación de población inactiva a la PEA, lo que la economía está generando, de manera predominante, son empleos precarios e informales, de muy baja productividad, sin ningún tipo de protección. Este tipo de empleos únicamente demanda, para su desempeño, de una fuerza de trabajo de muy baja calificación, y normalmente proporcionan a quienes los desempeñan una pobrísima remuneración, la cual con frecuencia coloca a sus perceptores y sus familias bajo el umbral de la pobreza.

De manera que, por un lado, este tipo de empleos, precarios y de muy baja productividad, es el único capaz de absorber a la mayor parte de una fuerza de trabajo con las características de la nicaragüense: a saber, una fuerza de trabajo caracterizada por bajísimos niveles de escolaridad.

Por otra parte, el hecho de que este tipo de empleos, que representa la mayor parte de los empleos generados, no demande de altos niveles de calificación, significa que el sistema económico no genera suficiente presión sobre la sociedad para efectuar la inversión requerida para elevar de manera significativa los niveles educativos de la población.

Esto explica el circulo vicioso que se produce entre el bajo nivel de escolaridad de la fuerza de trabajo, y el hecho de que la economía genere, principalmente, empleos precarios e informales.

Por una parte, los empleos formales y bien remunerados, de mayor productividad, requieren niveles de calificación cada vez más altos.

Por por otra parte, el "estilo de crecimiento" que muestran los sectores de la actividad económica con más peso en la creación de empleos, determina que el empleo generado en ellos, predominantemente precario e informal, no requiera, para su desempeño, sino de muy bajos niveles de calificación, de manera que esto posibilita que la gran masa de trabajadores nicaragüenses que se caracterizan, precisamente, por sus bajos niveles de escolaridad, pueda refugiarse en ellos.

La actual coyuntura temporal de altos precios internacionales, el cual durante algunos años dará lugar a un ciclo de expansión, y a una cierta aceleración de la creación de empleo, no puede desperdiciarse como los anteriores; debe aprovecharse para modernizar, intensificar, capitalizar y diversificar el aparato productivo agropecuario y urbano, y para desarrollar crecientes sinergias y encadenamientos intersectoriales.

Para esto resulta indispensable un banco y otras instituciones de fomento, capaces de jugar un papel de alguna manera similar al que desempeñaron el Banco Nacional y otras instituciones de fomento en los años 50 a 70.

También se requerirá, como complemente indispensable, una importante inversión en capital humano e infraestructura básica y servicios de apoyo, como parte integral de esta estrategia de transformación productiva.

Solo mediante este esfuerzo nacional y concertado de transformación, modernización y diversificación del aparato productivo - y de construcción de nuevas cadenas de valor -, este comenzara a generar los empleos de calidad, de mayor productividad y bien remunerados, que se requieren para aprovechar el denominado bono demográfico. Al mismo tiempo, este tipo de empleos demandara una calificación mucho mayor de la fuerza de trabajo, y de infraestructura y servicios de apoyo, de manera que el esfuerzo nacional de inversión en educación pública y en infraestructura y servicios de apoyo será mas importante que nunca.

Esta es, en efecto, la manera en que se podrá aprovechar el tiempo que resta del bono demográfico, antes de que arribemos a la fase de envejecimiento poblacional.

GLOSARIO

La Población en Edad de Trabajar convencionalmente esta representada por la población de 15 a 59 años, aunque el INIDE para las Encuestas de Empleo cataloga como población en edad de trabajar a las personas de 14 años y mas (es decir, a todas las personas del país mayores de 13 años).

No todas las personas en edad de trabajar se incorporan al mercado de trabajo. Mientras unas lo hacen y se convierten en población económicamente activa (ACTIVOS), otras no se incorporan al mercado laboral y constituyen una población económicamente inactiva (INACTIVOS: estudiantes, amas de casa, jubilados, discapacitados, personas que no estudian ni buscan empleo, etc).

De los que se incorporan al mercado laboral y constituyen en la población económicamente activa de la sociedad, unos encuentran empleo (OCUPADOS) y otros permanecen en la desocupación (DESEMPLEADOS).

Finalmente, de entre los empleados, unos lograran encontrar empleos formales (FORMALES), y otros empleos informales, predominantemente empleos precarios y de baja productividad (INFORMALES).También pueden clasificarse como Empleados Plenos o Sub-Empleados.

miércoles, 8 de junio de 2011

Cornelio: El equilátero Valores - Reglas - Economía

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Al analizar el funcionamiento de una sociedad, se puede hacerlo comenzando desde diferentes ángulos: se puede investigar los valores y las creencias personales, se puede analizar las reglas sociales tácitas -las conductas consideradas aceptables- y las reglas explícitas tal como codificadas por medio de leyes y similares y al fin se puede investigar cómo la gente se gana la vida y cómo la vive, desde en qué trabaja y de dónde obtiene sus ingresos hasta qué y cuánto come o qué clase de alojamiento tiene.

Valores, reglas y la economía real están entrelazados. Por medio de educación y formación las reglas externas se convierten en valores internos, las que a la vez a luz de las experiencias sufren modificaciones. Valores y reglas inciden sobre el comportamiento de las personas en la economía real, igual como las expectativas de que la otra persona se comporte en el marco de las reglas tanto las tácitas como las explícitas. Obviamente hay también un traspaso entre generaciones, o sea cada quién se cría dentro de un contexto creado por las generaciones anteriores.

Al comparar diferentes sociedades y en diferentes momentos de su desarrollo histórico, independiente con qué lado de ese triángulo se haya comenzado, se va a encontrar ciertas correspondencias, a veces más a veces menos firmes. Al parecer ciertos valores van mano a mano con ciertas reglas y con cierta economía real. Basándose en esas correspondencias, hay quienes adjudican al lado “valores y creencias personales” un role determinante, intentando desde ahí explicar las diferencias entre el Norte de las Américas y los países de América Latina, y en particular Nicaragua. Según esa explicación la religión católica y sus valores son el causante principal de los presentes problemas económicos como fue “el protestantismo y su ética” que originó la prosperidad allá.

Esa explicación a veces hace referencia al ensayo famoso de Max Weber “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Sin embargo, leyendo ese ensayo mismo, uno se da cuenta que el propio Max Weber NO basa el origen de la ética protestante en un otro sistema de valores y creencias sino en un control más estricto de las reglas socialmente aceptadas, posible ante todo en los ambientes urbanos, de lo cual resultan paulatinamente como internalización otros sistemas de valores y creencias.  Mas particular según Weber en el régimen protestante-ciudadano se supera la separación de poder entre poder civil-laico de los señores feudales y el poder religioso-eclesiástico de la institución iglesia. Dentro de las ciudades protestantes y de las comunidades protestantes hubo un control mucho más totalitario de las conductas de cada quién. Al final no era tan importante tener ciertas convicciones sino comportarse como si se las tuviera.

Cabe la observación que el supuesto análisis de Weber NO concuerda con la historia económica concreta de Europa tampoco. Resulta –por ejemplo- que el Norte y el Noreste de Alemania, protestante-luterano desde de los inicios de la reformación, hasta hoy día son –exceptuando la capital Berlín- la parte MENOS industrializada de toda Alemania, mientras la industrialización en base de carbón y acero se inicia en regiones predominantemente católicas, como la cuenca del Ruhr y Silesias. Si uno analiza la historiografía, resulta que –incluyendo Suiza- la disponibilidad de fuentes de energía –antes del vapor, la hidráulica-  y la ausencia de latifundios eran mucho más importantes que las creencias religiosas, donde la geografía misma –tierras montañosas y accidentadas pero con muchos riachuelos verso tierras planas- creó las condiciones iniciales. Vaya en Nicaragua las diferencias entre “Los Pueblos” y Masaya verso Chinandega y León.

Pero esa simplificación, identificando valores y creencias personales como origen principal, tampoco es una descripción correcta de lo que pasó en Hispanoamérica respectivamente América del Norte, pues se traspasó a las colonias no solamente las creencias sino equiláteros enteros. Cuando se ve más de cerca los otros lados del mismo, se detecta que esos otros lados han tenido –y tienen hasta la fecha- un peso al menos igual sino hasta superior.

Recapitulamos: al mismo tiempo respectivamente poco antes que se establecieran en Nicaragua León viejo y Granada, en España se elimina la autonomía de las ciudades, se prohíbe la manufactura artesanal, se declara cualquier oficio salvo terrateniente o funcionario de la corona como no-apto para nobles y se expulsa a los judíos y se presiona a los conversos por la Santa Inquisición hasta su emigración.  Se traslade el modelo latifundio a América Latina, provocando el traslado de la agricultura de las tierras calientes de Extremadura y La Mancha un colapso poblacional en Nicaragua tal que el país –incluyendo los territorios de hoy Costa Rica- no se recuperara hasta inicios del siglo XX. Se establece un modelo de economía exterior, en lo cual las colonias proporcionan metales preciosos y otras materias primas. España los usa para pagar sus importaciones de productos de manufactura desde Flandes y otras parte de Europa –manufactura prohibida tanto en España como la colonias-  para exportarlos vía España también a las colonias.

En la parte legal-administrativa, la Corona intenta la administración centralizada por medio de leyes y decretos dictados allá combinados con instrumentos de supervisión y control igualmente centralizados. El intento falla, tanto por las distancias –barcos tardan aún meses en cruzar el Atlántico- como por la resistencia local de los encomenderos. La Corona misma orienta a aplicar las reglas solamente “hasta donde se pueda sin arriesgar fines superiores de la Corona”. Teniendo los auditores y supervisores ningún poder propio para tomar medidas directas en el lugar sino dependiendo en todo de orientaciones directas y específicas, los procesos de supervisión degeneran en mera acumulación de evidencias y testimonios, mas aún cuando se los ejecuta al final de un nombramiento. Solamente a veces, según conveniencia, se castiga a supuestos culpables.

En esa situación la iglesia se convierte en la única instancia con presencia local efectiva y la única, donde de prima a primera intereses institucionales prevalecen sobre intereses personales. Dependiendo económicamente de los aportes de los feligreses locales libres –los encomendados NO aportan el décimo ni sus señores tampoco- la iglesia se convierte en la instancia natural de defender sus intereses, sin olvidar que el sincretismo tolerado, hasta promovido permite importar las deidades de antes arropándolas como santas y santos. La misma religión como practicada difiere en su contenido real del catolicismo español inquisitorio original. Por tanto no hay ni quiera “EL catolicismo”. 

Ahora bien, la primera colonia inglesa permanente en el continente americano –Jamestown- se establece 1607 –84 años después de Granada y León- en condiciones completamente diferentes. Nace como esfuerzo de una corporación privada aunque con apoyo de la Corona inglesa. Su organización administrativa se basa en un contrato formal entre los colonizadores mismos, manteniendo ciertas obligaciones con la corporación financiadora. Desde su primer gobernador, se elige los gobernadores entre y por los colonizadores mismos.

Ese esquema –con sus variaciones- de auto-gobernación se repite no solo en todas las otras colonizaciones inglesas – de ejemplo tanto en la protestante Pensilvania como en la católica (!) Maryland- sino también en las colonizaciones holandeses –Nieuwe Amsterdam, hoy Nueva York- y escandinavas. Todas esas colonizaciones desde sus inicios aceptan a inmigrantes de otras nacionalidades y creencias, siempre y cuando el inmigrante aportaba habilidades útiles para el desarrollo de la colonia y se sometió a las reglas como establecidas en las respectivas chartas de fundación y sus posteriores modificaciones, mientras el inmigrante no-español a Hispanoamérica necesitaba un patente especial extendida por la Corona misma.

En lo económico las colonias del norte apostaban desde el inicio a la auto-sostenibilidad, teniendo al comercio exterior como complemento no como esencial, sin por eso menospreciar la exportación de timbre, de tabaco y de posteriormente algodón en el sur. La revolución del 1776 se da cuando la Corona británica intenta a dar macha atrás en la auto-gobernación y a controlar la economía limitando a la producción local y al comercio exterior. Igual como en Europa, el factor determinante para el inicio de la industrialización son la existencia de fuentes de energía y la existencia o no de latifundios, no la religión. En el choque entre el norte industrializado y el sur agrario .. ambos son igual predominantemente protestantes. Se impone a manu militari la economía industrial del norte sobre la economía de exportación de materias primas agrarias del sur.

En resumen pues, hay diferencias abismales entre TODOS los 3 lados de los respectivos equiláteros, no solamente en la parte de valores y creencias personales, mas de cierta forma son diferencias, que persistan hasta hoy día, pues en Nicaragua la base del modelo económico NUNCA se cambió y hasta la iglesia católica sigue como única institución respetada por perseguir intereses institucionales más allá de lo personal.

martes, 7 de junio de 2011

Adolfo Acevedo: Las debilidades del sistema de educación secundaria

LAS DEBILIDADES DEL SISTEMA EDUCATIVO: LA EDUCACIÓN SECUNDARIA

A lo largo de la educación secundaria, aumentan la segregación y la segmentación en términos del acceso y el desempeño educativo.

Completar la educación secundaria es un umbral imprescindible para contar con mayores oportunidades de inserción laboral que permitan salir de la pobreza y la exclusión, y lograr movilidad social ascendente. Además, este ciclo es importante porque en él se dan los primeros pasos hacia la emancipación, por lo que la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo durante esta etapa es un factor preventivo frente a rutas precarias y prematuras de tránsito a la vida autónoma.

La conclusión universal de la primaria no garantiza la reducción de la pobreza. En ese sentido, surge la preocupación adicional, derivada de la existencia de creciente evidencia de que las personas requieren de niveles de escolaridad que van más allá de la educación primaria, a efectos de tener una mayor probabilidad de salir de la pobreza.

Por tanto, urge incrementar, no solo el acceso y la conclusión de la educación primaria, sino lograr que un porcentaje mucho mayor de niños, niñas y adolescentes logren avanzar hacia la enseñanza secundaria, y culminarla. Tanto la CEPAL como la UNESCO han señalado la necesidad de establecer una meta relativa al incremento de la conclusión de la educación secundaria.

Esta meta se sustenta en la evidencia de que la conclusión de este nivel constituye actualmente un umbral educativo mínimo que eleva significativamente la probabilidad de mantenerse fuera de la pobreza absoluta en la vida activa, toda vez que se traduce en un incremento importante de los ingresos laborales.

Para tener una mejor perspectiva de los desafíos que deberá enfrentar nuestro país en términos de la educación secundaria, comenzaremos evaluando indicadores de acceso. La tasa neta de matrícula en la educación secundaria representa la matrícula de los niños y jóvenes en edad oficial de cursar la educación secundaria como porcentaje de la población correspondiente. La finalidad de este indicador es mostrar el acceso a dicho nivel de niños y jóvenes en edad de cursar la secundaria.

De acuerdo con este indicador el acceso a la educación secundaria continúa siendo extremadamente bajo para los jóvenes en edad de asistir a este nivel educativo. De acuerdo al MINED, la tasa de matrícula secundaria neta de Nicaragua alcanzó un valor del 45.5% en 2007, el cual es muy bajo, en términos comparativos regionales.

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Fuente: CEPAL Y UNESCO

Por otra parte, según datos de CEPAL y UNESCO, la tasa neta de matrícula del primer ciclo de enseñanza secundaria (baja secundaria) ascendió al 42%, mientras que para el ciclo superior de enseñanza secundaria (alta secundaria), la tasa neta de matrícula se reduce al 15%.

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Sin embargo, debemos recordar que la tasa neta de matrícula secundaria es un promedio, y  que tras dicho promedio se ocultan profundas desigualdades. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Nivel de Vida 2005, es en los hogares de menores de ingresos que se concentran las menores tasas netas de matrícula secundaria, evidenciando una fortísima correlación entre el status socioeconómico de los hogares y el acceso a la enseñanza secundaria.

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FUENTE: En base a EMNV 2005

En secundaria la brecha entre la tasa neta de matrícula secundaria de los niños provenientes de los hogares de mayores ingresos y los provenientes de los hogares de menores ingresos se ensancha de manera abrupta. En promedio, la brecha entre la tasa neta de escolaridad secundaria neta de los adolescentes pertenecientes al quintil más pobre de los hogares y los pertenecientes al quintil de mayores ingresos se eleva a 58 puntos (17.4% contra 75.7%).

Los problemas de acceso a la secundaria, para los hogares de menores ingresos, obedecen al hecho de que, mientras mayor es la edad de los niños, niñas y adolescentes, y a medida que van avanzando dentro del ciclo educativo hacia niveles más altos, va aumentando el costo de manutención, y los desembolsos que deben hacer los hogares – gastos de transporte, uniformes y calzado, libros de texto y materiales escolares – para enviarlos a la escuela, hasta el punto en que para los hogares más pobres se torna cada vez más difícil seguirlos costeando.

Al mismo tiempo, a medida en que los adolescentes van alcanzando la edad laboral, se torna más imperioso para los hogares de menores ingresos que estos se incorporen a la fuerza de trabajo para contribuir al sustento del hogar. Sobre todo al enfrentar el ciclo de alta secundaria, los jóvenes ya tienen oportunidades para incorporarse al mercado de trabajo, lo que desincentiva su retención, sobre todo si enfrentan condiciones adversas de carácter económico. Por esta razón la tasa de matrícula neta de la alta secundaria desciende de manera abrupta, en relación a la de la baja secundaria.

Los siguientes gráficos ilustran, por un lado la correlación que existe, en Nicaragua y otros países latinoamericanos, entre la tasa de desempleo adolescente y el porcentaje de adolescentes fuera del sistema educativo, y por otro las tasas de empleo adolescente por países y edad.

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Fuente: SITEAL, en base a las Encuestas de Hogares

TASA DE EMPLEO ADOLESCENTE SEGÚN PAÍS Y EDAD CCA 2008.

PAÍS / EDAD

13 años

15 años

17 años

Argentina

2,0

5,0

14,4

Bolivia

26,9

30,7

32,6

Brasil

9,4

19,9

38,0

Colombia

9,4

14,3

24,0

Costa Rica

s/d

9,0

19,9

Chile

0,7

2,8

7,4

República Dominicana

3,2

8,6

22,1

Ecuador

11,6

20,8

31,8

El Salvador

14,6

19,5

26,5

Guatemala

33,3

45,0

47,8

Honduras

13,4

29,6

38,1

México

12,4

20,5

36,1

Nicaragua

17,8

30,6

40,5

Panamá

9,5

17,4

24,3

Paraguay

20,3

28,2

46,7

Perú

s/d

35,6

48,5

Fuente: SITEAL, en base a las Encuestas de Hogares

Es así que no solo la cobertura de la educación secundaria es sumamente baja, sino que quienes acceden a ella con mucha frecuencia la abandonan antes de completarla, debido al que el costo para las familias de enviar a los niños a la escuela se eleva considerablemente en secundaria, y la necesidad de generar ingresos, aunque sean precarios, desde una edad temprana.

A efectos de medir de modo directo e insesgado la conclusión de la educación secundaria se requiere verificar la proporción de personas de un determinado segmento de la población (grupo de edad, área de residencia, género, etc.) que ha logrado una escolaridad equivalente al menos a la duración de la educación secundaria. En este caso, se utilizó la población de 20 a 25 años de edad.

JOVENES DE 20 A 24 AÑOS QUE CULMINARON LA EDUCACION SECUNDARIA

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Fuente: CEPAL, en base a Encuestas de Hogares

El hecho de que unos porcentajes importantes de niños, niños y adolescentes no logren culminar la educación primaria, y que menos de la mitad de los que deberían asistir a secundaria se matriculen en este nivel educativo, y que de ellos menos de la mitad logre culminarla, determina que los jóvenes nicaragüenses se incorporen al mercado laboral con niveles de escolaridad extremadamente bajos.

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Fuente: en base a ENMV 2005

Si examinamos el nivel de escolaridad alcanzado por los adultos jóvenes de entre 23 y 29 años, que recién salieron del ciclo de edad escolar, incluyendo el universitario, por Quintiles de bienestar, encontramos, de acuerdo con la EMNV 2005, un nivel de escolaridad de casi 4 años en el 20% más pobre de los hogares o Quintil 1, de 5.3 años en el Quintil 2, 6.8 años en el Quintil 3, 8.4 años en el Quintil 4 y es hasta que arribamos al Quintil 5 que se alcanza una escolaridad promedio de 11.3 años.

Si recordamos que en los tres primeros Quintiles, es decir en el 60% más pobre de los hogares, sobrevive la mayoría de los niños y adolescentes del país, esto significa que la mayoría de los jóvenes, que son aquellos que provienen de los hogares de menores ingresos, en el periodo inmediato anterior tendieron a alcanzar niveles de escolaridad extremadamente bajos.

Esto tiene implicaciones decisivas. Existe una asociación muy estrecha, en todos los países del mundo, entre los niveles de escolaridad que alcanzan las personas y el ingreso laboral que alcanzan en su vida adulta. En cualquier país del mundo se puede encontrar una correlación muy fuerte entre el nivel de escolaridad de las personas y el ingreso laboral que van a percibir en el mercado de trabajo.

En Nicaragua también puede apreciarse esta fuerte correlación entre el nivel promedio de escolaridad alcanzado por las personas en cada Quintil y el ingreso laboral que perciben las personas de ese mismo Quintil. Puede apreciarse que los Quintiles que tienen los niveles de escolaridad promedio más bajos, alcanzar un ingreso laboral promedio que también es muy bajo. Entre más bajo el nivel de escolaridad, más reducido es el ingreso laboral que se obtiene, y viceversa.

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Por consiguiente, puede esperarse que los jóvenes provenientes de los hogares de menores ingresos estén ingresando al mercado laboral con niveles de calificación muy bajos. Esto significa que por los siguientes 50 años de su vida adulta, sólo van a poder encontrar, principalmente, empleos precarios e informales, que los mantendrán bajo el umbral de la pobreza.

Esto es así porque para encontrar empleo formal bien remunerado se requieren niveles de calificación – representados por un umbral mínimo de 11 años - que la mayor parte de los niños y adolescente en Nicaragua no logran alcanzar.

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El último “Reporte de Pobreza” para Nicaragua del Banco Mundial encuentra que las personas con un nivel de escolaridad inferior a la secundaria completa, es decir aquellas con menos de 11 años de escolaridad, están condenadas, con una certeza casi absoluta, a vivir bajo el umbral de la pobreza. Es hasta que alcanzan once años de escolaridad – la secundaria completa - que los ingresos laborales comienzan a superar (apenas) el umbral de la pobreza. Otros estudios confirman la validez de esta estimación[1]/.

Otro estudio del Banco Mundial, relacionado al mercado laboral nicaragüense, indica que “los bajos niveles de educación entre los pobres parecen estar restringiendo su acceso al sector más dinámico de la economía, el sector manufacturero de la maquila, en la medida en que el empleo de este sector requiere una educación secundaria completa”. Es decir que para poder trabajar como operario en la Zona Franca, se requiere cada vez más por lo menos haber completado la secundaria.

Dada la baja escolaridad que han logrado acumular, la mayor parte de los adolescentes y jóvenes, y sobre todo los provenientes de los hogares de menores ingresos que se incorporan al mercado laboral, se insertan en el mismo predominantemente a través de empleos precarios e informales.

La Encuesta de Hogares para la medición del Empleo de Noviembre de 2007 muestra que el 68.5% de las 305.2 miles de personas de 10 a 19 años que se encontraban incorporadas al mercado laboral, encontró ocupación en el sector informal de la economía, y que solo el 27.7% lo hizo en el sector formal. Las tasas de desocupación entre los jóvenes de 18 a 29 años alcanzaban entre un 7% y un 8.3% mientras que la tasa de desempleo promedio nacional era del 5.9%..

EMPLEO FORMAL E INFORMAL POR GRUPOS DE EDAD

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Fuente: INIDE, Encuesta de Hogares para la Medición para el Empleo Noviembre 2007

Se trata de empleos en los que predominan el auto empleo y los empleos sin remuneración, desempeñados principalmente por familiares, y asalariados de micro unidades informales. Estos empleos generan unos ingresos muy bajos, que mantendrán a quienes los desempeñan, por el resto de su vida, bajo el umbral de la pobreza.

El rezago que experimenta Nicaragua en la cobertura y calidad de la enseñanza secundaria, está asociado a la inversión absolutamente raquítica en este nivel de enseñanza. Al respecto, es importante remarcar aquí el hecho de que el Gasto por Estudiante de Secundaria representa apenas la tercera parte del Gasto por Estudiante de Primaria.

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En términos de comparación con los niveles regionales, encontramos que Nicaragua muestra un rezago especialmente grande en el Gasto por alumno de la enseñanza secundaria.

No sólo el Gasto por estudiante de Secundaria como porcentaje del PIB per cápita en casi todos los demás países es mayor que el Gasto por alumno de Primaria, a diferencia de lo que ocurre en Nicaragua, sino que el nivel del Gasto por estudiante de secundaria como porcentaje del PIB per cápita en Nicaragua, es tres veces menor que el promedio de América Latina y El Caribe, e inferior al de todos los demás países de la región, con la sola posible excepción de Haití.

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Fuente: UNESCO, UIS.

El Proyecto para la Educación en Nicaragua (NICARAGUA: EDUCACION PROJECT) del Banco Mundial, resaltaba el hecho de que: “Nicaragua es quizás el único país en el hemisferio donde los gastos por estudiante de secundaria son menos de la mitad los gastos por estudiante de primaria” (en la actualidad representan solo un tercio, como hemos visto). El gasto por estudiante de secundaria tan reducido que evidencia Nicaragua, resulta muy difícil de justificar, porque, como se argumenta en el mencionado Proyecto, “la provisión de educación en el nivel secundario requeriría un nivel de gastos comparativamente más elevado - profesores con conocimiento especializado en las materias, libros de textos más grandes a lo largo de más materias, otros materiales didácticos tales como equipo y materiales de laboratorio, y así sucesivamente”.

Podría argumentarse que quizá Nicaragua invierte muy poco por estudiante de secundaria, como porcentaje de su PIB por habitante, porque es un país pobre. Por ello, resulta interesante comparar los niveles de inversión por estudiante de primaria y secundaria como porcentaje del PIB per cápita de Nicaragua, con los niveles que muestran los países del África sub-sahariana, muchos de ellos tan pobres (Lesoto) o mucho más pobres (Kenia, Malawi) que Nicaragua.

Como puede apreciarse en el siguiente gráfico, la mayor parte de ellos muestran un nivel de prioridad relativa asignada a la inversión por estudiante de secundaria varias superior al de Nicaragua, y casi todos ellos invierten mecho más por estudiante de secundaria que por estudiante de primaria.

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Fuente: UNESCO, UIS.

Fortalecer considerablemente la inversión en la Educación Secundaria y Técnica adquiere especial importancia en la fase de la transición demográfica que atraviesa Nicaragua. El fuerte crecimiento de la población infantil que se produjo en la fase anterior, se traduce hoy - mientras la tasa de crecimiento de la población infantil se torna negativa - en una fortísima entrada de decenas de miles de jóvenes al mercado laboral (se estima que en promedio unos 78 mil ingresarán al mercado laboral cada año en los próximos años).

Si estos jóvenes y adolescentes – particularmente aquellos provenientes de los hogares de menores ingresos -continúan ingresando al mercado laboral con una escolaridad muy baja, estarán siendo condenados a encontrar por el resto de su vida adulta fundamentalmente empleos precarios e informales, que los mantendrán bajo el umbral de la pobreza absoluta. El país perderá definitivamente la oportunidad representada por el denominado “bono demográfico”, y se incrementarán los niveles de descomposición y desintegración social.


[1] / Véase José Ramón Laguna Torres, “AÑOS DE ESTUDIO Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA EN NICARAGUA. EL CASO DE LA RED DE PROTECCIÓN SOCIAL¨: “Mediante distintas estimaciones se observa que la educación disminuye la probabilidad de ser pobre en un 80% para 11 años de estudio (desde el punto de vista de la frecuencia relativa) y en un 4% por cada año de estudio adicional al utilizar un modelo probabilística que incluye un conjunto de variables que inciden en el fenómeno de la pobreza. Por último, se confirma que la educación es un instrumento clave para superar la pobreza. Más que emprender esfuerzos paliativos o asistencialistas, se debe pensar en una política de Estado que entregue a los nicaragüenses el nivel mínimo de escolaridad para superar la pobreza (11 años de estudio). En tal sentido, y aunque significa un enorme esfuerzo, el gobierno, la sociedad civil y los partidos políticos deben estar conscientes que de no hacerlo, implicará la perpetuación de la pobreza y el subdesarrollo”.