viernes, 26 de diciembre de 2014

Memorias de 5 navidades 1983, 1985, 1989, 1995, 2014

Hace 31 años atrás –en diciembre de 1983- inicié mi “misión de evaluación”, averiguar si yo con mi perfil profesional podría “trabajar con sentido” en Nicaragua, misión que culminó en febrero del 1984 con una “carta de intenciones” firmada por el Rector Fundador de la UNI, Juan Sánchez Barquero y mi persona. En diciembre 1983 yo no sabía nada de fondo de Nicaragua. No obstante quedé algo estupefacto cuando en la planificación interna en Managua para el contingente alemán de las futuras "brigadas internacionalistas" se seleccionó a Pantasma y Nueva Guinea, argumentando que tal vez así los "internacionalistas" podrían ayudarle a la Revolución a recuperar terreno perdido por actos propios. Como llevaba apenas 3 semanas en Nicaragua, no comenté nada con nadie pero si el asunto quedó grabado en mi memoria.

Hace 29 años -1985- estaba esperando a mi novia alemana de aquel entonces, que se había quedado varada en Cuba por carecer de una visa para Nicaragua. Legaría en la primera semana de enero del 1986, pero después de una experiencia horrorosa –violación múltiple- en Cuba. La atendieron en el Hospital alemán, pero de ahí en adelante nunca logramos a restablecer una relación de intimidad. En ésta temporada la UNI estaba movilizada a los cortes de café en El Tuma y la Dalia. En Computación hubo algunos estudiantes, que no querían irse. Desde arriba se me pidió que los sancionara con reprobación de clases. En su lugar les pedí la elaboración de un informe y de un mural sobre la importancia del Café para las divisas del país mas cuánto su familia urbana aportó en divisas y cuánto gastó en importaciones, comparándolo con las familias de cortadores tradicionales en El Crucero.

Hace 25 años atrás -1989- pasé este día trabajando en la UNI, en el trabajo arduo de finalizar las listas de electores para las elecciones del 1990, donde las listas resultaron vitales. Cabe señalar que la cantidad de inscritos por JRV en particular en las Zonas de Guerra rebasó cualquier expectativa. En 1500 JRV se inscribieron más que los 500 previstos, tal que sin las listas producidas en la UNI de hecho no hubieran podido votar, con ellas se abrió mesas paralelas. Como consecuencia del resultado de las elecciones se disolvió la Escuela de Ingeniería en Computación para formar parte de la nueva Facultad de Electrotecnia y Computación y de la Ley de Autonomía en adelante quedé vetado para puestos de dirección en las Universidades del CNU.

La navidad del 1995 hace 19 años estaba redactando mi “análisis” de la situación de las universidades del país y del significado real de la “lucha por el 6%”, mi primer texto largo publicado en un periódico de Nicaragua en 5 entregas.  El punto de partida de las Reflexiones sobre el país de mis hijos y sus universidades eran los sucesos poco antes de navidad del 1995 en las cercanías de la Asamblea Nacional, donde 2 de los “luchadores por el 6%” habían caído muertos. Repasé la historia de las universidades en las 80, el vínculo táctico coyuntural entre la lucha por el 6% y la repartición de bienes y poder en Nicaragua en aquel momento para terminar con propuestas cómo la Universidad pudiese recuperar su autonomía y su papel de motor clave para el desarrollo del país.  El único efecto palpable ha sido mi salida del ambiente universitario por 6 años, terminándose el exilio cuando una universidad gringa –University of Mobile, San Marcos- me contrató como docente fluido en inglés, supuestamente. La fluidez más bien llegó como resultado.

Esta navidad 2014 pasé con una familia dividida, 3 de los nuestros en Alemania, 3 acá, y aún una vídeo-conferencia de 2 horas entre ambas mitades no logró a quitar por completo el sabor amargo, a pesar que los de acá desde nuestra visita allá en este año sepamos algo mejor como vivan allá. Y -como todos los últimos años- contamos poco antes con la visita de un grupo de algunas de "mis muchachas", mujeres hoy ya todas muy profesionales, a quienes les acompañé en algún momento de su vida haciéndose tales.

Confieso, aunque para mi vida y trabajo en estos 31 años han hecho sentido, aunque podía congratularme por los resultados “públicos” y “privados”,  me invade ante los sucesos de la Navidad Negra 2014 en Rivas, El Tule y Nueva Guinea la melancolía, sintiendo que en lugar de avanzar resolviendo los problemas reales y serios del país en base de concertación y diálogo, se restablece un camino que lleva solo a muertos sin resolver nada para nadie.